Estas medidas, que sus impulsores nombraron como “El cambio estructural que Chile requiere”, en poco menos de medio año fueron respaldadas e impulsadas por la presidenta, quien el pasado 20 de Mayo las turno al Congreso Nacional para su aprobación.
Estas reformas, que no son más que ajustes y cambios al sistema nacional de competencias de los funcionarios nacionales, en resumen proponen que muchas de las facultades del gobierno nacional pasen a ser trasladadas a los concejales y miembros de las municipalidades, por una lógica simple: “las municipalidades deben atender problemas de salud, educación, desarrollo local, seguridad”, porque son los funcionarios gubernamentales con mayor conocimiento y capacidad de atender de manera inmediata las demandas de los ciudadanos, dijo en un discurso Bachelet.
Este paso, que desde la óptica de la teoría política, significa avanzar hacia mecanismos de descentralización en favor de la eficiencia político-administrativa del Estado, propone con este cambio, un crecimiento superior al 5.1%, bajo una ecuación simple, a mayor eficiencia-menor gasto, a menor gasto mayor desarrollo.
En México, estas propuestas de descentralización y desconcentración administrativa no son nuevas, se plantearon como reformas hermanas de la llamada “Reforma Política de 1999”, donde se le envistió de facultad de gobierno al municipio en México.
Pero hoy, después de 15 años, no se han concretado, ni se acaba de entender que el desarrollo de las naciones se construye desde sus gobiernos locales; que los problemas de bienestar social y humano, no pueden ser resueltos con recetas o fórmulas ideadas desde un escritorio del Paseo de la Reforma; que la salud, educación, seguridad deben atenderse desde su peculiaridad local.
Me congratulo porque parece que cada vez más países de América Latina están entendiendo que las nuevas formas de hacer gobierno exigen salir del centralismo. Esperemos que nosotros pronto hagamos lo mismo.
*Analista económico, investigador invitado del Centro para la Democracia y la Elecciones de la UAM, ciudadano municipalista.